Acindar y una preocupante situación económica y laboral

El ministro de Economía, Luis Caputo, parece haber minimizado la gravedad de la crisis en la industria al afirmar que "lo peor ya pasó" y que el país está en camino hacia una franca recuperación. Sin embargo, la realidad en sectores clave como el siderúrgico es alarmante, como lo refleja el caso emblemático de Acindar en Villa Constitución, Santa Fe.

Acindar, una de las principales siderúrgicas argentinas con capacidad para procesar 900 mil toneladas de mineral de hierro al año, proyecta una producción para 2024 de apenas 390 mil toneladas, menos de la mitad de su capacidad total. Esta drástica reducción ha llevado a la suspensión de miles de operarios, la apertura de programas de retiros voluntarios y la incertidumbre sobre la continuidad laboral para muchos trabajadores.

El secretario general de la UOM en Villa Constitución, Pablo «Piparra» González, ha alertado sobre el paralelismo con el conflicto histórico de 1991, cuando la empresa despidió a tres mil obreros y adoptó esquemas de tercerización, exacerbando la tensión social en la región. Además, González señala un creciente malestar entre los trabajadores, algunos de los cuales ven al sindicato como un obstáculo en las negociaciones salariales, mientras culpan al gobierno anterior por los problemas actuales.

La parálisis en Acindar también tiene un impacto devastador en la economía local de Villa Constitución, afectando directamente a 3200 empleos entre directos e indirectos. El comercio local sufre significativamente ante la falta de actividad en la fábrica, lo que agrava la precaria situación económica de la ciudad.

La empresa, propiedad de ArcelorMittal, atribuye su situación a la recesión en Argentina y a la competencia desleal de productos chinos que inundan el mercado regional, reduciendo las exportaciones hacia Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia.

Por otro lado, la Ley Bases, que se está debatiendo en el Congreso, es vista por las empresas como una oportunidad para reducir costos laborales y obtener beneficios adicionales a través del nuevo régimen de promoción de inversiones (RIGI), aunque los sindicatos critican estas medidas por su potencial impacto negativo en los derechos laborales.

En resumen, la situación en Acindar refleja los desafíos estructurales y económicos que enfrenta la industria argentina, así como las complejidades políticas y sindicales que rodean a las decisiones económicas del país.

FUENTE: Linea Sindical